La intervención de la mujer en higiene y seguridad: rompiendo barreras en una profesión tradicionalmente masculina
Durante mucho tiempo, la profesión de higiene y seguridad estuvo dominada por hombres. En el imaginario colectivo, se asociaba esta labor con entornos industriales, construcción y sectores donde la presencia masculina era predominante. Sin embargo, en los últimos años, las mujeres han comenzado a ocupar un lugar cada vez más importante en este campo, demostrando que la seguridad y la prevención son tareas que no tienen género.
La inclusión de la mujer en higiene y seguridad ha traído nuevas perspectivas y enfoques. Su capacidad de liderazgo, su mirada detallada en la prevención y su habilidad para la comunicación efectiva enriquecieron la prevención. A pesar de esto, aún persisten desafíos: el escepticismo de algunos sectores, la necesidad de demostrar constantemente la valía profesional y, en algunos casos, la dificultad de acceder a puestos de mayor responsabilidad.
Pero cada vez somos más. Mujeres que ingresamos a la profesión con pasión, compromiso y el firme propósito de generar un impacto positivo. La clave está en seguir abriendo caminos, en apoyar a las nuevas generaciones y en demostrar con hechos que la seguridad es una responsabilidad compartida, independientemente del género.
Tenemos que seguir promoviendo la igualdad de oportunidades en este ámbito, alentando a más mujeres a formarse y desarrollarse en higiene y seguridad. La diversidad fortalece cualquier profesión, y en un campo donde la prevención y el bienestar son el eje central, contar con diferentes miradas es un beneficio para todos.
A quienes recién comienzan en esta carrera, les digo: no tengan miedo de desafiar los estereotipos. Hay espacio para todas, y el sector necesita profesionales comprometidas que aporten su talento y vocación. Sigamos avanzando juntas, porque la seguridad y la prevención son para todos y todas.