Los Números Invisibles que Lleva el Profesional de Higiene y Seguridad: Un Desafío de Cuantificación
En el ámbito de la higiene y seguridad laboral, estamos acostumbrados a la tangibilidad de las métricas. Un contador puede presentar sus resultados en balances y estados financieros claros. Un abogado demuestra su éxito con sentencias favorables y casos ganados.
Sin embargo, para el profesional de higiene y seguridad, la mayor parte de su impacto se encuentra en un terreno mucho más elusivo: el de lo que no ocurre.
No podemos presentar una columna en un informe que diga «Accidentes Graves Evitados: X» con un valor monetario directo, ni una cuenta de «Enfermedades Profesionales Prevenidas: Y» con su costo exacto ahorrado.
Y aquí radica el gran desafío y, paradójicamente, la profunda importancia de nuestro rol. Los «números invisibles» que cada profesional de esta área carga consigo son las cifras de esos incidentes que nunca sucedieron, esos costos que nunca se incurrieron, y esas vidas que no se vieron afectadas. Son el verdadero motor de nuestra dedicación, aunque su cuantificación directa sea compleja.
El Dilema de los Costos Evitados: Vidas y Salud
Detrás de cada capacitación, cada inspección de seguridad, cada implementación de un nuevo protocolo, existe el potencial de prevenir un accidente grave o incluso una fatalidad.
El profesional de higiene y seguridad no solo evita costos económicos, sino que protege lo más valioso: la vida y la integridad física de los trabajadores.
Este «número de vidas potencialmente salvadas», aunque imposible de cuantificar con precisión en términos monetarios, es una fuerza motivadora constante.
¿Cómo ponerle precio a una mano que no se amputó, a una vista que no se perdió, a una familia que no sufrió la tragedia? No se puede.
Cada medida preventiva exitosa representa una vida que no se perdió, un dolor que se evitó. Es un valor incalculable que, por su propia naturaleza, permanece invisible en los libros contables.
Enfermedades profesionales: el enemigo silencioso
Más allá de los accidentes traumáticos, la labor del especialista en higiene y seguridad se extiende a la prevención de enfermedades profesionales.
Desde la gestión de riesgos ergonómicos hasta el control de la exposición a sustancias peligrosas, su trabajo incide directamente en la salud a largo plazo de los empleados.
Las enfermedades silenciosas, que se desarrollan con el tiempo, son un enemigo que el profesional combate día a día, reduciendo el «número de futuras dolencias» que los trabajadores podrían padecer.
El costo de tratar una enfermedad profesional, o la pérdida de productividad asociada, son cifras que nunca aparecen porque la enfermedad nunca se manifestó.
Los Costos Ocultos Ahorrados: Un Argumento Desde la Negación
Si bien el foco principal es la protección de la vida humana, la prevención de accidentes y enfermedades también tiene un impacto financiero significativo que, aunque no se pueda «demostrar» como un ingreso, sí puede argumentarse como un ahorro substancial.
El profesional de higiene y seguridad contribuye a evitar:
- Costos Directos: Gastos médicos, indemnizaciones, multas, primas de seguros más altas.
- Costos Indirectos: Pérdida de productividad, daños a la reputación, interrupción de la producción, rotación de personal debido a condiciones inseguras.
Mientras un contador muestra ganancias, el profesional de higiene y seguridad puede señalar «la ausencia de pérdidas».
Es la mejor evidencia de su trabajo. Aunque no siempre se traduzca directamente en una partida explícita en la cuenta de resultados, el «número de costos evitados» es una métrica silenciosa que demuestra el valor estratégico de la higiene y seguridad.
La dificultad radica en que es mucho más sencillo cuantificar lo que se pierde que lo que se ha logrado mantener intacto.
El Impacto Social y la Cadena de Protección
Cada trabajador que regresa sano a casa después de su jornada laboral significa una familia que no enfrenta el impacto devastador de un accidente o una enfermedad.
El profesional de higiene y seguridad no solo cuida al empleado, sino que indirectamente protege el bienestar y la estabilidad de su entorno familiar.
Este «número de familias que mantienen su calidad de vida» es una dimensión humana profunda que resalta la importancia de su rol, un valor intangible que no se ve en ninguna auditoría económica.
El Conocimiento y la Decisión en la Incertidumbre
Desde evaluar un nuevo equipo hasta diseñar un plan de emergencia, el profesional de higiene y seguridad toma innumerables decisiones críticas, muchas de ellas bajo presión y con información limitada.
Cada una de estas decisiones tiene el potencial de salvar vidas o prevenir incidentes.
El «número de decisiones correctas» tomadas en silencio es un testimonio de su conocimiento, experiencia y compromiso.
No hay un registro de los desastres que se evitaron por una decisión oportuna, pero su impacto es real y profundo.
Conclusión: El Valor Invaluable de la Prevención
Los números visibles son importantes para la gestión y el análisis, pero son estos «números invisibles» –esos costos evitados, esas vidas salvadas, esas tragedias prevenidas– los que realmente definen el profundo impacto y el valor incalculable del profesional de higiene y seguridad.
Aunque no podamos demostrar el costo de los accidentes evitados con una cifra exacta en una tabla, el valor de esa prevención es innegable.
Nuestra labor es un pilar fundamental para la sostenibilidad de las empresas y, lo que es más importante, para la protección de la vida humana y la continuidad de las familias.
Reconocer y valorar estos números invisibles y la dificultad inherente a su cuantificación directa es fundamental para comprender la verdadera esencia de esta profesión.
Es un trabajo donde el mayor éxito es que no haya nada que contar.
Vos, qué pensás?
¿Cómo creés que se podría valorar mejor el trabajo invisible del profesional de Higiene y Seguridad? Te leo en los comentarios.