Desde el miedo hasta el propósito: el viaje que me llevó a crear mi marca

Una carrera que comenzó con miedo, como casi todas

En 2011, entré al mundo de la industria con los miedos propios de cualquier profesional joven. Con el tiempo, pasé al ámbito de la construcción, donde aprendí a moverme en entornos complejos, dinámicos y muchas veces adversos. Gané confianza, aprendí a ejercer mi rol con solidez y, por sobre todo, a escuchar antes de actuar. En ese entonces, creía entender lo que significaba cuidar. Pensaba que lo peor ya había pasado.

Hasta que llegó el 2019.

Convertirme en madre me devolvió, de golpe, a aquel primer día: todo volvía a ser nuevo, incierto, vulnerable. Pero esta vez había algo más profundo: la conciencia de que el cuidado excedía los límites del trabajo. Cuidar era ahora una forma de vida.

Una nueva visión: sembrar prevención desde la infancia

Luego de un tiempo de pausa y reflexión, volví al ruedo. Esta vez, con un propósito más claro que nunca: quería ejercer de manera independiente, sí, pero también construir algo más profundo. Una identidad profesional que representara lo que había descubierto como madre, como prevencionista y como mujer en el mundo laboral.

El punto de inflexión fue un episodio con mi hija más pequeña. Me enfrenté a una situación real que puso a prueba mis conocimientos en RCP. Ese momento, cargado de angustia pero también de lucidez, me reveló algo esencial: no basta con saber, hay que enseñar desde temprano.

Allí nació el germen de lo que hoy es mi marca personal, en plena construcción. Una marca con alma, con historia, que busca transformar la prevención en una herramienta cotidiana desde los primeros años de vida.

El trabajo independiente siendo mamá

No es fácil. No hay jefes que cubran, estructuras que contengan ni horarios que respeten el cansancio. Pero hay algo inmenso: la decisión de sostener lo que importa. De confiar en nuestra mirada profesional, en nuestras habilidades, y sobre todo, en nuestro propósito.

Ser madre y trabajar de forma independiente no son caminos opuestos. Al contrario: pueden potenciarse si se abrazan con orden, red de apoyo y coraje. Porque si algo aprendí es que el miedo no desaparece, pero se transforma cuando hay un para qué.

Romar: sembramos prevención, cultivamos confianza

Hoy, además de asesorar a empresas y capacitar en ámbitos escolares y familiares, sigo desarrollando esa marca que aún crece y se fortalece día a día: Romar. Una marca que abraza lo técnico, pero también lo humano. Que entiende que prevenir no es solo evitar riesgos, sino crear una cultura del cuidado que empiece desde la semilla: las infancias.

Romar tiene un propósito claro: sembrar prevención, cultivar confianza.

Este artículo es mi forma de agradecer a quienes, como Silvina y la comunidad de Duramadre, me inspiran a compartir este camino. Y también es una invitación: a empresas, instituciones y personas que quieran sumar una mirada distinta, comprometida, y profundamente humana a sus prácticas preventivas.

Estoy acá. Con las herramientas, la experiencia y el corazón puestos en lo que hago.

A todos los colegas los invito a inspirarse y encontrar su propósito, el mío no llegó de un día al otro, fue trabajo (lo sigue siendo) y comprensión.


Colaborador en la nota:

Romina A. Roldán

Romina A. Roldán
Licenciada en Higiene y Seguridad en el Trabajo Especialista en prevención de riesgos laborales Formadora en primeros socorros y seguridad infantil

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